Luchadora y madura, dos cualidades que harán que Alícia cumpla su sueño,

encontrandose por el camino a personas que cambiarán su vida, especialemente...

el chico misterioso.













28 de noviembre de 2010

Capitulo 3

Después de un fin de semana de fiesta y a la vez de estudio para la temida Selectividad, por fin es domingo, el primer domingo que Alícia puede estar con sus amigas tranquilamente sin pensar en madrugar al día siguiente, puesto que las notas se las daban el martes.

-Ali, ahora después de comer acuérdate que me voy a la cafetería, hoy toca inventario…-dice Raquel suspirando.
-Es verdad, yo de todas formas he quedado con las chicas, supongo que picaremos algo por la tarde, así que…no me esperes para cenar –responde Alicia.
-Vale, de todas formas, ¿te apetece hacer hoy un dobleP? Mañana tú no tienes clase y la cafetería la abre Hugo, así que tenemos una larga noche por delante.
-Mmmm peli y palomitas… ¡me apetece!, si veo que llego muy tarde a casa te aviso.
Raquel giña un ojo a su hija mientras se levanta de la mesa para arreglarse.

Son las 15:30, Raquel y Hugo se quedan solos en la cafetería, toca inventario y hay que cerrar al público.
Hugo es el mejor amigo de la madre de Alicia, han estado desde pequeños juntos y mantienen una muy buena relación desde entonces, se saben la vida el uno del otro perfectamente, pero a su alrededor siempre a planeado el rumor de que salían juntos.
Ellos están hartos de decir, que ser amigos no conlleva estar liados, pero….quizás esos rumores…no iban del todo desencaminados…

Desde hace unos años comparten el negocio juntos, es una pequeña cafetería situada en el centro del barrio, desde los ventanales se puede observar  la calle principal de éste, y aunque es bastante pequeña, es acogedora, además tiene una forma alargada, lo que les permitió poner bancos bien mullidos de color rojo oscuro y mesas de madera pegados a los ventanales. Una de las paredes esta repleta de fotografías, son imágenes de las ciudades que han visitado, ya que un hobby que comparten Hugo y Raquel junto con Alicia, es la fotografía y los viajes.

-Si quieres puedo hacer el inventario yo sola, te puedes ir a casa a descansar -dice Raquel mientras Hugo apenas levantaba la mirada de su plato lleno de macarrones recalentados  -él ha preferido comer algo en la cafetería para no pasar mucho tiempo en casa.
-No, prefiero quedarme, así me distraigo, además es mucho trabajo para hacerlo tu sola esta tarde.
-Vale, pero si te quedas conmigo, vas a tener que alegrar un poco la cara, si no… ¡igual tengo que sacar mi lista de chistes!
-¡No por favor! ¡Esos chistes no! Jajaja -responde Hugo mientras esboza una sonrisa, sabe que el estar con Raquel le va a sentar bien, nadie se aburre teniendo a esta chica al lado.

Raquel es como una niña en el cuerpo de una mujer, esta siempre de broma y constantemente tiene una sonrisa en su boca, es capaz de hablar de cualquier tipo de tema y a la vez poder escuchar a alguien las horas que haga falta contándole sus problemas, una muy buena cualidad que ha heredado Alicia.
En su entorno, la consideran una mujer muy fuerte y valiente que tuvo que sacar a Alicia adelante sola con tan solo 20 años, y aun con todas las dificultades que tuvo, pudo embarcarse en un negocio con Hugo, ella es la encargada de llevar el tema administrativo, mientras que Hugo se encarga de la atención a los clientes.

La tarde va pasando, y los dos siguen metidos en el almacén contando los productos, apuntando en el ordenador y charlando de vez en cuando… al final está siendo un poco aburrido puesto que Raquel no cree que sea un buen día para hacer bromas con Hugo.
Entre los dos, no tardan tanto tiempo como tenían pensado y antes de la hora de cenar ya han acabado, así que se despiden:

-Al final no ha sido para tanto, ¡seguimos vivos! – exclama Raquel elevando los brazos al cielo.
-Si si, yo me veía aquí hasta las tantas de la madrugada y mira, a cenar a casa –dice Hugo mientras apaga las luces y baja la persiana de la cafetería.
-¿Te apetece venirte a casa a cenar con Alicia y conmigo?
-No es un mal plan, pero prefiero cenar algo rápido y meterme pronto a la cama.
-Bueno….te lo diré de otra forma…. ¡he comprado helado de sobra para los tres!
-Jajaja, eso ya me tienta más eh….pero no, mejor en otra ocasión, guárdame un poco que cualquier otro día me presento en tu casa y te reclamo mi parte de helado.
-¡Hecho!, pues nos vemos el lunes, -dice Raquel mientras le da dos besos a Hugo.
-Buenas noches.


15 de noviembre de 2010

Capitulo 2

Mientras caminan por los pasillos del instituto, pintado de blanco y franjas verdes en horizontal, un gran murmullo de voces les acompañan, son adolescentes con las hormonas alteradas contando sus historias personales, la mayoría exageradas para quedar mejor delante de sus amigos, pero Alícia y Lucía están ajenas a todo eso mientras van subiendo los pisos del edificio hasta llegar al último, en el que se encuentran las aulas de Bachillerato.

Dentro del aula de segundo A, las mesas se mueven ruidosas para ponerlas en fila de uno, un alboroto general inunda la clase, mientras unos hacen el último repaso, otros aprovechan para apuntar chuletas en sitios impensables.

-Tengo una chuleta debajo de las piernas, si miro hacia abajo, ¿se me nota mucho? -pregunta un alumno de la ultima fila.
-No, no se nota nada, pero ten cuidado que si te pillan te cargas la asignatura -responde el chico tímido de la clase.
-Imposible que me pille, esta mas ciega que un gato de escayola.

A los pocos minutos la profesora de matemáticas entra en el aula, -va vestida con una colorida falda de flores y una camisa verde, siempre se ha caracterizado por vestir de una forma muy llamativa, nota que los nervios están a flor de piel e intenta tranquilizarlos:
-Chicos, no os preocupéis que lo he puesto fácil, así que si habéis estudiado aprobareis sin problemas.
-Ya…siempre dice lo mismo, y luego nos catea a todos… -murmura una alumna sentada al lado de la ventana.
-Además sé que es el ultimo examen que hacéis este curso, así que si lo aprobáis ya no me tendréis que aguantar más –dice la profesora con un tono agradable, algo nada común en ella, ya que durante el curso había sido la profesora más dura.
-Tenéis 50 minutos -dice mientras reparte los exámenes- y ya sabéis que, el que levante la cabeza del papel, suspendido, el que tenga chuletas, suspendido, el que abra la boca, suspendido, no tengo nada mas que decir, podéis empezar.

Esos minutos estuvieron llenos de tensión y resoplidos por parte de algunos alumnos, y de sonrisitas y muestras de alegría por parte de otros al ver que los ejercicios les estaban saliendo.

Al final, pocos fueron los que se atrevieron a usar sus chuletas ante el miedo de tener un 0 si les pillaban…pero eso no quiere decir que algún espabilado no intentara por todos los medios averiguar la respuesta de algún ejercicio:

-chisst! Adri, dime la respuesta del siete -pide Rubén a media voz intentando que no le oiga la profesora… Adrián intenta hacerse el sordo, pero al final cede a ayudar a su compañero.
-30,5 intenta decirle con gestos…-pero antes de que su amigo lo pueda entender, la profesora llama la atención de Rubén, amenazándole con quitarle el examen si vuelve a oírle.

Cuando queda poco tiempo para finalizar el examen, muchos alumnos entre ellos Alicia y Lucía van dejando su examen en la mesa de la profesora, y salen del aula llenos de alegría al ver que ya han terminado segundo de bachillerato, lo que significa que también el instituto.

-¡Dime que en el ejercicio 5 has puesto la opción B como válida! -grita Lucia bastante alterada.
-¡Si! ¡Era esa!
-¡Bien! -exclama al ver que el ejercicio que más valía en el examen lo ha hecho bien.
-¡Ahora toca celebrarlo! -Se oye decir a algunos de sus compañeros.

Las dos amigas, que siempre que había fiesta no dudaban en apuntarse, se interesan por lo que están hablando sus compañeros – ¡Ey! ¿Que estáis planeando? -pregunta Alicia.
-Hemos pensado salir esta noche para hacer una “cena de clase”-le informa Luis.
-¡Genial! ¿A la misma hora de siempre y donde siempre?
-Si, así nada mas coger las bebidas iremos al descampado de aquí al lado –esa “cena de clase” de la que hablaban, no consistía en ir a cenar a algún restaurante, simplemente era comprar algo para comer y beber e ir a un sitio donde no molestaran, después ir a la zona de marcha de la ciudad y divertirse un rato la economía de estos jóvenes no da para mucho más…

3 de noviembre de 2010

Capitulo 1

Estaba nerviosa, inquieta, y a ratos insoportable…pero no lo podía evitar, esos meses de su vida estaban siendo un estrés continuo, los profesores no paraban de ponerles exámenes, constantemente se oía la palabra Selectividad en clase, y el pensar que estaban a tan solo unas semanas para ese acontecimiento, hacia que estuviera realmente nerviosa.

Alicia, se había esforzado mucho para conseguir una buena calificación con la que entrar en la universidad, todos a su alrededor confiaban en ella plenamente, pero eso no le tranquilizaba…quería que esas semanas pasaran rápido y poder respirar tranquila el 24 de junio con una buena nota entre sus manos.

Se encontraba en su cuarto, las paredes estaban pintadas en color morado y un enorme cuadro de la ciudad de Nueva York de noche adornaba una pared, el resto de la habitación estaba realmente desordenada con los apuntes esparcidos por la mesa y la cama, ella sentada encima de la cama en posición india y con el ordenador encendido mientras una amiga le estaba pidiendo ayuda con unos ejercicios de matemáticas.

-¿Has entendido como se hace el ejercicio? -pregunta Alicia
-Si…bueno…no muy bien… ¡ay! es que se me dan fatal las mates… -contesta su amiga.
-No te preocupes, que lo harás genial en el examen, ya lo verás. J

Alicia intentaba dar ánimos a su amiga con el examen que tenían al día siguiente, el global de matemáticas, se lo jugaban todo a una carta.
Mira el reloj, las 23:14, piensa rápidamente cuantas horas tiene para dormir si se acuesta a esa hora, y finalmente decide irse a la cama.

-Lucía, me desconecto ya, que mañana quiero estar despejada.
-Vale, yo voy a seguir estudiando un poco más, mañana nos vemos.
-Hasta mañana, ¡un beso!



A la mañana siguiente, unos movimientos inundan su cama, mientras unos finos dedos levantan los párpados de sus ojos legañosos…
-¡Buenos días dormilona!

Es su madre, tan llena de energía positiva como siempre.

-Mamá… mmm… quiero dormir un poco más…baja la persiana –pide Alicia medio dormida
-De eso nada, que en la cocina te espera un café calentito y unos crepes especialidad de la casa.
-Vale, ahora bajaré. -responde Alicia, mientras se tapa hasta arriba con su nórdico.

Pero de nada le sirve, porque su madre le arrebata el nórdico y le empieza a hacer cosquillas por todo el cuerpo, -un punto débil de Alicia, en cualquier parte de su cuerpo tiene muchas cosquilla, y las personas que le conocen no dudan en hacérselas cuando tienen oportunidad, Alicia no puede parar de reír, hasta el punto que se le saltan las lágrimas.

-Vale, ya lo has conseguido, estoy despierta diez minutos antes de que suene mi despertador  -dice molesta.
-Venga, no seas tan quejica, que lo he hecho para poder desearte suerte, aunque no la necesites… -dice su madre guiñándole un ojo.
-Mamá… ¡claro que necesito la suerte! No soy tan buena como tú te piensas.
-Pues entonces, ¡te doy toda la suerte del mundo! Pero me tengo que ir ya, que llego tarde a trabajar y le prometí a Hugo que hoy abría yo la cafetería.
-¡Ah! ¿Hoy va a ir a trabajar? ¿No se coge día de asuntos propios? –pregunta Alicia extrañada
-No…dice que prefiere trabajar para distraerse, ¡luego te cuento! ¡Suerte! -grita Raquel mientras sale disparada hacia la puerta.
-¡Gracias!


Alicia, se queda pensando por un momento en la suerte que tiene de tener a esa madre, aunque esté demasiado loca a ella le gusta como es, pero de repente… se le viene a la cabeza una sola palabra…MATEMATICAS!
Sabe que es su último examen en el instituto y si todo va bien, los siguientes que haga serán los de Selectividad.
Sale de la cama rápidamente y se mete en la ducha, en menos de 10 minutos esta en la cocina desayunando lo que le ha preparado su madre, pero con el libro abierto haciendo el último repaso.
Cuando va repasando las reglas de derivación suena el timbre, es Lucía, anoche quedaron para ir juntas al examen.

-¡Hola Lucia! –dice Alicia mientras le hace un gesto con la mano para que entre a su casa.
-¡Ali! Corre que vamos a llegar tarde y me tiene que dar tiempo a apuntarme unas fórmulas en la calculadora.
-Lucía yo creo que no deberías apunt…
-Si si sí…lo que tu digas, ¡pero coge tu mochila ya que no llegamos! -Lucía corta la frase que iba a decir su amiga, le coge por el brazo y tira de ella hasta la calle.

De camino al instituto, un trayecto que no dura mas de 5 o 10 minutos, Lucía esta tan nerviosa que no para de hablar, le cuenta que sus padres le han castigado sin paga todo el mes, que a conocido a un chico por Internet que le cae muy bien, y un sinfín de temas, hasta que Alicia…

-Lucía ¿puedes parar quieta un poco? Me estas poniendo nerviosa.
-Vale lo siento, es que ya sabes que cuando me pongo nerviosa hablo mucho…pero recuérdame después del examen que te cuente la historia de este chico. ¿Vale? –por fin han llegado a la puerta del instituto.